sábado, 29 de mayo de 2021

 LOS APUS Y LAS CRUCES

De: Valentin Quispe Maxi


Todos los pueblos de la antigüedad sin excepción rindieron pleitesia y veneración a sus deidades de manera peculiar, cada uno de acuerdo al contexto histórico de la época. En caso de los antiguos peruanos, específicamente los Qanchis tuvieron sus propios dioses a modo de tutelares, es decir de protección, es el caso de los Apus, los ríos y la tierra misma. En época del incario fue norma la veneración al Apu Ausangate, al Apu Pachatusan, al Apu Jururo y otros Apus, por supuesto después del Inka Taita, a más de ellos eran objeto de veneración los Mallquis o Momias de sus antepasados, lo que quiere decir que los Mallquis y los Apus fueron deidades considerados de primer orden, uno vivía en en el Caypacha y el otro en el Ukhu Pacha, tomando en cuenta la cosmovisión andina. A la llegada de los barbudos, cual bárbaros Atilia, trataron de borrar de la mente del indígena todo aquello que para ellos era considerado una herejía, a más de la destrucción de algunos elementos de la cultura andina y la consiguiente imposición cultural a sangre y fuego, el español se ufanaba terca e irracionalmente de su abolengo considerando como una cuestión de poca valia lo dejado por los hijos del Sol. El presente tema trata de ilustrar la actitud nefasta del peninsular en el aspecto religioso, aparecieron entonces los inicuos "extirpadores de idolatrías", es decir aquellos que tenían por misión, destruir ídolos y mochar los monolitos que representaban a un dios, es el caso del cura Francisco Avila.
Los Apus fueron reverenciados de manera muy singular y peculiar, cosa que no gustó al Pukakumpa, y es a partir de la animadversión a las deidades andinas, que colocaron cruces en la cima de las montañas como quien pone una barreta en la cabeza del Apu, de esa manera se ha dispuesto la ubicación de cruces y más cruces en las colinas, pequeñas y grandes montañas para que estas reemplazen al Apu y nunca más se adoren a los mismos. Han pasado los años y la fe por la cruz ha crecido, de tal suerte que incluso no hay un lugar de la casa donde no haya cruz. 
Los que todavía creemos en los Apus, consideramos que se debe de respetar a estas deidades, tal cual se respeta y venera a las cruces. En ese entendido permitasenos dar una opinión respecto de las cruces del cerro San Cristobal, tomando en cuenta dos aspectos: El estético - turístico, y el histórico de acuerdo al proyecto que se tiene, sinceramente constituye una hermosa obra que va atraer a propios y extraños. Desde la óptica histórica consideramos que se está cometiendo un acto ignominioso en el cerro, que hace 600 años fue morada de dioses tutelares, básicamente de los Mallquis o momias, entonces como ya se dijo, aparecieron los mochadores o extirpadores de idolatrías y desaparecieron todo aquello que para ellos era paganismo. Hoy en día se hace lo mismo, si aquella vez fue una cruz sobre el Apu, ahora son varias y estas colocadas cual 14 puñaladas que dan directamente en el corazón del Apu y en la cabeza de los Mallquis haciéndonos entender que el pensamiento occidental sigue latente con mochadores o extirpadores modernos, empero finalmente la concepción andina y la concepción occidental están arraigados en nuestras mentes, como producto de la biculturalidad y el mestizaje, por lo tanto, se debe de respetar al uno y al otro, es decir a los Apus y las cruces tal cual son.


3 comentarios:

  1. Me pareció muy interesante leer esta información, gracias me servirá de mucha ayuda :)

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  2. Como usted dijo, se deben respetar a las cruces y apus, concuerdo con ello.

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